Ser un cristiano es de alto riesgo en Nicaragua. En este país, ubicado como uno de los 20 países del mundo donde los cristianos son perseguidos por el ejercicio de su fe, según el Índice Global de Persecución Religiosa 2025 del International Christian Concern (ICC), confirman fieles de la religión Evangélica y Católica, se vive la fe “con miedo”.
Una feligrés católica, asediada por ser “muy cercana” a las comunidades y al párroco de su municipio, además de participar en las protestas sociales de 2018, afirma que por la misma persecución contra la Iglesia católica ha tenido que reducir la frecuencia con la que visitaba el templo.
“Uno a veces se siente con la necesidad de asistir a los santos rosarios, a las actividades de la Iglesia, pero debido al asedio y persecución, incluso por miedo a ser encarcelados, uno mismo se detiene y no asiste”, indicó la ciudadana de la tercera edad a LA PRENSA.
Resaltó que a su juicio la fe católica se vive en el país “con miedo, porque para el Gobierno es un delito asistir a la Iglesia, apoyar a nuestros sacerdotes, defender nuestra fe”.
Persecución contra la Iglesia
El Índice Global de Persecución Religiosa 2025 de International Christian Concern refiere que en Nicaragua “la persecución ha empeorado dramáticamente y ha aumentado la hostilidad del Gobierno hacia los cristianos” y advierte que en el país se ve a la religión como “un enemigo del Estado”.
El régimen sandinista, solo en el último año, desterró a tres obispos, entre estos monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa; monseñor Isidoro Mora, obispo de la Diócesis de Siuna; y monseñor Carlos Herrera, obispo de la Diócesis de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
La sexta entrega del informe Nicaragua, ¿una Iglesia perseguida?, elaborado por la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, en diciembre del año pasado, reveló que entre abril de 2018 y diciembre de 2024 se contabilizaron 971 ataques contra la Iglesia Católica.
Además, detalla que el régimen también ordenó en ese período la confiscación de al menos 19 edificios propiedad de la Iglesia católica y obligó que 266 religiosos dejaran de ejercer su misión pastoral dentro de Nicaragua.
Pastores evitan hablar de problemas en Nicaragua
La iglesia católica y evangélica además han sido víctimas de cancelaciones de sus personerías jurídicas y actividades religiosas.
Una miembro de la iglesia evangélica de Nicaragua afirma que, aunque los pastores nicaragüenses han sido menos los encarcelados y desterrados del país que los sacerdotes de la iglesia Católica, también han sufrido cárcel, falsas acusaciones, persecución y destierro, mencionando entre estos el caso de los pastores y miembros del Ministerio Puerta de la Montaña, que fueron condenados por el supuesto delito de lavado de dinero y luego desterrados por el régimen sandinista.
“El Salmos capítulo 34, versículo del 19 al 22, nos dice que muchas iban a ser nuestras aflicciones, pero de todas ellas el Señor nos va a librar. Entonces, nosotros como cristianos confiamos en esa promesa que el Señor nos da en su palabra (…) Los problemas ahí están, la persecución la estamos viviendo, se está volviendo a dar como en los tiempos de nuestro señor Jesucristo, pero nosotros nos apegamos a lo que dice la palabra de Dios, nos aferramos a esa promesa, aunque la fe la vivamos con miedo», afirmó la ciudadana que tiene más de 15 años de pertenecer a una iglesia evangélica de la capital.
Explicó que en las prédicas del pastor de su iglesia es evidente que ya no se aborda ningún problema de índole social, económico, y menos político, aunque, resaltó «siempre se nos dice que son tiempos duros para la Iglesia y nos pide que nos aferremos a la oración, a la palabra de Dios».
«Todos sabemos que no todo es color de rosa en el país, pero nuestra fe está en la promesa que Dios nos da. (…) y no necesitamos que el pastor se arriesgue al hablar de eso en los templos, porque sabemos que en todos lados hay vigilancia del Gobierno», apuntó.