Sacerdote nicaragüense en Costa Rica a Murillo: “Toca a Dios con las manos manchadas de sangre”

La misa fue convocada por la Asociación Madres de Abril y la comunidad nicaragüense en el exilio, como parte de las actividades de memoria y denuncia organizadas a siete años de la masacre.

En una emotiva homilía ofrecida este domingo 1 de junio, el presbítero Rafael Aragón, de la iglesia San Isidro Labrador en el cantón de Vázquez de Coronado, San José, Costa Rica, pronunció un mensaje contra la co-dictadora Rosario Murillo, durante la misa en conmemoración de las madres que perdieron a sus hijos en la masacre del 30 de mayo de 2018, perpetrada por el régimen de Daniel Ortega y Murillo.

“¿Cómo una mujer puede promover el odio y la venganza contra gente de su propio entorno y llenarse la boca de discursos de amor y paz todos los días?”, se preguntó Aragón, en una iglesia colmada por migrantes nicaragüenses, muchas de ellas madres exiliadas que aún claman justicia por sus hijos asesinados.

“Solo puede entenderse que actúe así desde una mentalidad cargada de cinismo y absoluta inhumanidad”, continuó el sacerdote, quien ha acompañado de cerca a la comunidad nicaragüense exiliada en Costa Rica.

La misa fue convocada por la Asociación Madres de Abril (AMA) y la comunidad nicaragüense en el exilio, como parte de las actividades de memoria y denuncia organizadas a siete años de la masacre. Durante el acto religioso, el sacerdote también cuestionó el liderazgo autoritario del régimen:

“Tocar a Dios con las manos manchadas de sangre y el corazón repleto de odio no puede ser un signo positivo para el futuro de un pueblo (…) Nadie puede considerarse líder de un pueblo si su mentalidad es excluir al otro, al diferente, y más si esa exclusión es absoluta, negando la propia identidad de ciudadanos y ciudadanas del pueblo”, sentenció Jiménez, mientras muchas de las madres alzaban retratos de sus hijos asesinados.

Justicia, memoria y solidaridad

Tras la misa, se realizó una exposición de retratos de jóvenes asesinados y presos políticos en el salón parroquial, seguida de un mitin simbólico y un acto cultural.

Durante la jornada, algunas madres exiliadas recibieron canastas solidarias y se pronunciaron con discursos breves en memoria de sus hijos. El mensaje central fue uno: demandar justicia y llamar a la unidad para enfrentar a la dictadura sandinista.

En el evento también se leyó una proclama de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) en solidaridad de las madres, de los presos políticos y un llamado a la solidaridad y unidad.

La Asociación Madres de Abril reafirmó su repudio a los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen Ortega Murillo y demandó, una vez más, que se procese a los responsables. “Nuestro derecho a vivir en libertad, con fe y pensamiento libre, no ha prescrito por el exilio ni por la represión”, expresó una de sus representantes.

El evento coincidió con el pronunciamiento del movimiento opositor Concertación Democrática Nicaragüense “Monteverde”, emitido el 29 de mayo, en el que el grupo reafirma su respaldo incondicional a las madres de abril:

“Estas mujeres son fuerza viva, faros de esperanza y resistencia”, sostiene el documento, que también destaca el carácter transnacional de la lucha por la justicia, con actos conmemorativos realizados en ciudades de Costa Rica, España, Estados Unidos y otros países con alta presencia de la diáspora nicaragüense.

“No se puede construir paz desde el olvido”

Durante su sermón, el padre Aragón también evocó su experiencia acompañando a madres en los años 90 que perdieron hijos en ambos bandos del conflicto armado. Recordó cómo aquellas mujeres, pese al dolor, pudieron reconciliarse por el bien común.

“Esa reconciliación no invalida los procesos de justicia que un pueblo necesita para superar los abusos de poder a lo largo de la historia”, afirmó.

Nota publicada el 01 de junio de 2025 en La Prensa



Compartir: